Tenerse que poner el despertador para ver al Barça es de país que ha perdido el norte. El prestigio de lo mañanero es un prejuicio que no conduce a ninguna parte. Todo el mundo sabe que lo normal es que el fútbol, como los toros, empiece a las cinco de la tarde. Hay un orden -un orden burgués, ¿what else?- que subvertirlo es absurdo, e inútil, porque al final acabamos siempre regresando a lo que funciona, y eso es lo que permanece.

Iniesta estuvo a punto de marcar en el minuto primero, pero el viento también jugaba y la pelota se fue ligeramente alta. En el segundo minuto, el árbitro le anuló un gol válido a Messi por un fuera de juego inexistente. Bella jugada, vertical y rapidísima, estropeada una vez más por la incompetencia del colegiado. Es dramático cuando la imperfección vence a lo preciso, cuando la equivocación se impone a la virtud. Sea el Barça o el Madrid. El talento es la gracia de Dios y anularlo es pecado.

El Levante no acababa de comparecer, el Barcelona empezó rápido y ordenado, creativo, concentrado. Pero Dyverson en el ocho y medio tuvo una salida interesante, que un Piqué imperial cercenó toda esperanza; y también Dyverson, en el 11, tuvo un buen remate desde dentro del área. Los locales empezaban a reaccionar, jugándole de tú a tú al Barça.

Los de Luis Enrique vivían muy cerca del área local, y los valencianos esperaban sin ansiedad, y sin precipitarse, sus oportunidades. En el minuto 17, la posesión del Barcelona era del 75%. El Levante no renunciaba a competir, y para nada parecía el colista que sin duda es. Pero en el 20 la mala suerte local vino a corregir el temprano error arbitral, y Navarro involuntariamente remató a gol un centro de Jordi Alba.

Las ocasiones barcelonistas se multiplicaban, juego dulce de cuando todo te sale. El Levante continuaba intentándolo, con más voluntarismo que finura. Morales y Toño empezaban a desbordar a un adormecido Alves. En el 29, Verza chutó ligeramente alta una falta por mano de Piqué. Dyverson en el 30 remató acrobático y desviado. Lerma en el 31 llegó con ventaja al área, tras una carrera remarcable, pero chutó muy desviado.

La pelota, cuando iba por el aire, quedaba suspendida, como si fuera magia, por la acción del viento aponientado. El Levante se iba apoderando de la dinámica del partido y en el 37, Morales le ganó la espalda a Dani Alves pero su remate acabó estrellado en el palo. El Levante -6 a 3- había rematado en el 40 el doble de veces que el Barça. Messi parecía estar buscando mesa para tomarse un arroz en La Malvarrosa. Dyverson insistía con poca fortuna en los remates acrobáticos. "Sí se puede", gritó la afición a sus jugadores camino del vestuario. ¿Esto no es mezclar fútbol y política? ¿O sólo las "estelades"? ¿No tendrían que clausurar este estadio?

En la reanudación, el Levante volvió a sus amenazas, con un potente disparo de Rossi desde fuera del área que rechazó con los puños Bravo. En el 5, tercera y estéril acrobacia de Dyverson. Naufragio general de Dani Alves. En el 8, gol de Messi anulado por fuera de juego de Suárez, que medió en la jugada. En esta ocasión, acertó el colegiado. Valiente el Levante, continuaba buscando el empate.

Rakitic en el 14, a punto estuvo de marcar de cabeza a la salida de un córner, pero atento Mariño rechazó con los puños. En el 16, fuera de juego de Suárez, que remató de cabeza al palo una falta. En el 17, tarjeta amarilla para Alves, que la única que ganó fue con falta, y clara. El partido seguía abierto, y Luis Enrique llamó a Busquets para poner orden. Entró por Rakitic.

El Levante rondaba el gol y el Barça no acababa de saber a lo que jugaba. Aleix Vidal entró por Alves. El partido entró en su fase entre vulgar y desquiciada, y sólo al final Messi le puso una buena asistencia a Suárez que el uruguayo remató a gol con el exterior de su pie izquierdo.

El Barcelona empezó bien pero acabó deshilachado. El Levante compareció con ideas y con honor, valiente, y mereció empatar. Si es capaz de jugar así todos los partidos la segunda vuelta, este equipo va a salvarse.

ALINEACIONES
LEVANTE: Mariño; Toño García, Feddal, Navarro (Camarasa, min.69), Iván López; Simao, Verza (Mauricio Cuero, min.77), Morales, Lerma; Rossi y Deyverson (Ghilas, min.69).