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Figo

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Luis Filipe Madeira Caeiro Figo nace en Almada, Lisboa (Portugal), el 4-11- 1972, ingresa en el Barcelona en 1995. Anteriormente y fu ficado por el Barça por estar sancionado por firmar con dos clubs italianos a la vez.  Formado en el fútbol base del Sporting de Lisboa, en su etapa juvenil deslumbra por su juego veloz e imaginativo. En esta categoría se convierte en el jugador de mayor proyección del fútbol portugués que lidera la mejor generación de futbolistas de su país en muchos años. Al frente de la selección Sub-16 conquista el campeonato de Europa en 1989 y posteriormente consigue el campeonato del mundo Sub-20 (1991). Los ojos de todos los grandes clubs europeos están depositados en este jovencísimo extremo que parece imparable en la banda, con un regate en seco y desequilibrante. Elegido el mejor jugador de Portugal en 1994, Luis Figo recala en el Barça después de una extraña operación en la que se dijo que el delantero portugués había firmado contrato con dos clubs italianos, el Parma y la Juventus. Esta irregular situación origina un conflicto federativo que acaba no autorizando su inscripción en la Liga italiana durante un período, circunstancia de la que se beneficia el F.C. Barcelona que se hace con sus servicios. Recomendado su fichaje por Johan Cruyff y por otros técnicos del fútbol base azulgrana, en 1995 causa alta en la entidad. Desde el primer momento deja constancia de la calidad de su juego acompañada de un gran espíritu combativo algo infrecuente en los futbolistas técnicos. Además de atacar suele bajar a defender en auxilio del lateral de su banda. En esta su primera campaña, Figo brilla, pero el equipo no funciona, lo que se traduce en una tensión entre la directiva y el técnico holandés que unido a otras circunstancias de carácter personal provocan la destitución de Cruyff poco antes de finalizar la temporada. El holandés había apostado fuertemente por el portugués para su intento de creación del Dream Team II. La llegada del entrenador británico Bobby Robson (96-97) se traduce en una excelente campaña para el portugués, aunque la presencia del brasileño Ronaldo (su mejor año) le impide ser la única gran estrella del conjunto. Pero sus actuaciones brillan una tras otra. Desde el plano colectivo también es un magnífico año: de cuatro títulos posibles, se ganan tres (Supercopa de España, Recopa y Copa de España) y se pierde la Liga con dos puntos de desventaja ante el Madrid. La competición se escapa paradójicamente ante uno de los equipos más flojos: el Hércules, que gana en el Camp Nou en la primera vuelta y después en su campo una vez ya descendido de categoría. La Recopa de Europa es el gran galardón internacional del equipo que se conquista ante el París Saint Germain al que se vence por 1-0. La temporada tiene un espléndido epílogo tanto para el portugués como para el club. El Barcelona logra de forma brillante la Copa de España tras una final apasionante y de gran calidad que ofrecen Betis y Barcelona que se precisa de una prórroga para establecer el campeón. La final se convierte en una de las mejores actuaciones del portugués desde su incorporación. Pelea, regatea, corre, centra y marca. Es el autor de dos de los tres goles del equipo, uno de ellos conseguido en la prórroga que proporciona el título de campeón al equipo. Todo el mundo se rinde a la evidencia: Figo es un extraordinario jugador.

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Luis Figo está demostrando el acierto de su fichaje, y él se encuentra de maravilla en Barcelona y en el Barcelona. Además, esa temporada, el idioma portugués prevalece en el vestuario azulgrana. Son cuatro los portugueses que hay en la plantilla: Baía, Couto, Figo y el segundo entrenador Mourinho. Además, el entrenador Robson ha entrenado varios años en Portugal y el nigeriano Amunike procede del fútbo luso. Por si fuera poco, están los brasileños Ronaldo y Giovanni. Es decir: existe un ambiente totalmente favorable al extremo blaugrana. A pesar de la buena temporada, hay cambio en el banquillo. Se incorpora en 1997-98 Louis Van Gaal un fichaje cantado. El inglés Robson ha dejado un excelente sabor de boca en todos: jugadores, directivos y aficionados, pero la contratación del holandés estaba apalabra desde hacía tiempo y nadie cuestionaba su incorporación. Llega avalado por sus éxitos en el Ajax. Con el entrenador holandés realiza una formidable temporada, plena de éxitos en lo individual y en lo colectivo. Además, con la ausencia de Guardiola lesionado, se convierte en el capitán del equipo. El primer título es la Supercopa de Europa al derrotar al Borussia de Dortmund por 2-0 en el Camp Nou y empatar a uno en terreno alemán. La competición liguera se obtiene con una gran autoridad, en la que se realizan partidos extraordinarios, y el título llega cuatro jornadas antes del final al vencer al Zaragoza 1-0, encuentro que no disputa por acumulación de tarjetas. Epílogo a la gran temporada es la conquista de la Copa de España, una final ante el Real Mallorca en Valencia que resulta sumamente complicada, muy disputada que precisa de una prórroga y al no poder deshacerse el empate a un tanto se hace necesaria la tanda de penalties que es favorable al conjunto azulgrana. El equipo que obtiene el título está formado por Hesp; Ferrer (Roger), Nadal, Reiziger; Luis Enrique (Oscar), Celades, Giovanni, Bogarde; Figo, Anderson (Pizzi) y Rivaldo. Luis Figo es en esos momentos el gran ídolo de la afición. A su buen juego se une su espíritu combativo. Es un futbolista desequilibrante que en el mano a mano siempre puede con el contrario. Para sujetarle hay que recurrir a las acciones punibles lo que no siempre son castigadas por los árbitros y que acostumbran a costar numerosas tarjetas al portugués porque después de varias "entradas" acaba protestando y los colegiados le muestran la correspondiente tarjeta, algo que indigna al protagonista y a la propia afición. En la temporada 98-99 lidera la trayectoria del equipo en la competición liguera en la que el once de Van Gaal impone todavía una mayor autoridad. Se obtiene el título con once puntos de ventaja sobre el Real Madrid, segundo clasificado. El alirón se canta en Vitoria tras derrotar al Alavés 1-4.  El portugués es el autor de uno de los goles

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La temporada 1999-2000 es la última de Luis Figo en el Barcelona que será la última también del entrenador Louis Van Gaal y del presidente Josep Lluís Núñez. Es la campaña más complicada de todas en todos los aspectos. Con el técnico holandés el equipo ha mantenido una hegemonía en el fútbol español pero tiene pendiente la Copa de Europa, un objetivo permanente que no se ha podido cumplir en las dos anteriores ediciones. Tampoco en esta oportunidad la suerte acompañara. El conjunto azulgrana, tras un mes noviembre negro (cuatro derrotas consecutivas en Liga) comienza a sufrir la impaciencia de las gradas. Los problemas se agravan en el vestuario. Varios pesos pesados (Rivaldo, Guardiola, Sergi, Figo, Luis Enrique...) están en desacuerdo con los métodos del holandés y esto creo tensiones añadidas. Los pañuelos no tardan en aflorar en el Camp Nou. Josep Lluís Núñez, como ya había hecho con otros entrenadores, se mantiene firme en su confianza al entrenador. Comienzan a surgir grupos de oposición. Por otra parte, existe reivindicación por parte del representante del portugués solicitando una nueva revisión del contrato, a la que no accede el presidente por entender que en su momento ya ha firmado la correspondiente mejora. La temporada termina mal en todos los conceptos: ningún título, anuncio de dimisión del presidente y marcha del entrenador solidario con el mandatario. Las elecciones presidenciales del Fútbol Club Barcelona coinciden prácticamente con las del Real Madrid, con una semana de diferencia. Se filtra la noticia de que Figo ha suscrito un compromiso con el candidato a la presidencia madridista Florentino Pérez. El jugador no lo confirma y sigue prometiendo amor eterno a los colores barcelonistas. El 9 de julio del año 2000, el diario Sport publica una entrevista en exclusiva con el futbolista firmada por Toni Frieros en la que dice: "El próximo día 24 (día de presentación de la plantilla) estaré presente en el Camp Nou". "Quiero transmitir un mensaje de tranquilidad a todos". Y en la misma entrevista, Figo dice que no ha firmado nada con el Real Madrid: "No estoy loco como para firmar un contrato con Pérez". Todo apuntaba a que el representante del portugués, y el propio jugador, estaban jugando una doble carta: percibir una importante cantidad de dinero por apoyar la candidatura de Florentino Pérez que además probablemente pensaban no iba a ganar las elecciones dado que Lorenzo Sanz acababa de coquistar una nueva Copa de Europa. Asimismo se buscaba otro efecto: revalorizar todavía más el contrato Figo ante los candidatos a la presidencia del Fútbol Club Barcelona. Mientras tanto, el agente José Veiga ya había obtenido una importante cantidad del candidato para que F.P. pudiera jugar la baza electoral de Figo diciendo que lo tenía atado -"y bien atado", añadió Pérez- y seguir presionando a los candidatos barcelonistas. Pero surge la sorpresa: F.P. gana las elecciones y hace valer el compromiso escrito con el portugués: paga la cláusula de rescisión del jugador 10.270 millones (más IVA) y Figo pasa a ser futbolista del Real Madrid.

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La noticia cae como un jarro de agua fría. Figo pasa de héroe a villano, y de ídolo a pesetero. En la Liga 2000-01, cuando Luis Figo visitó el Camp Nou con la camiseta blanca tuvo que resistir la mayor oleada de pancartas contrarias y pitos ensordecedores como nunca jamás otro jugador había sufrido. Fue una noche amarga para el portugués que en ningún momento se atrevió a correr la banda y menos sacar un córner. Se dedicó a jugar por el centro del campo pero no pudo escapar de la presión existente sobre su persona y del marcaje implacable que esa noche le realizó Puyol, vitoreado por la afición cada vez que le arrebataba el balón. Entre la marcha del portugués y su reaparición como jugador blanco en el Camp Nou, el escritor y articulista Manuel Vázquez Montalbán escribió un artículo en "El País" titulado: "¿Tú también, Figo?", del que reproducimos una gran parte del mismo: "El sino que marca la conflictiva relación entre el Real Madrid y el Barcelona ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma y se adapta a las nuevas situaciones. Recuerden el caso Di Stéfano, que para los barcelonistas fue un robo perpetrado por la Federación Española de Fútbol y de la JONS, un robo verticalista, franquista, de continuidad de guerra civil, cautivo y desarmado el ejército azulgrana. Casi cincuenta años después, donde estuvo Di Stéfano está Figo, pero han cambiado las características del secuestro, y donde hubo conjura parafascista, sólo ha habido la implacable ley del mercado suavizada por la música de fondo de un bolero que podía ser un fado y ha seducido a Figo: se vive solamente una vez y hay que aprender a querer y a vivir. Sin necesidad de utilizar a ninguna instancia oficial o preoficial, Florentino Pérez, se sacó el talonario de los domingos y otras fiestas de guardar y el talón se convirtió en un puente aéreo de alfombra mágica que se llevó a Figo y, ante el estupor barcelonista, nos lo cambió de color. No es mi propósito cometer irreverencia alguna, pero, ¿se imaginan el efecto que produciría la Virgen de Montserrat de pronto tránsfuga en Madrid y perdida su morenez, blanca, de un blanco sobrenatural, ni siquiera biodegradable?. El camino recorrido por Figo lo habían cumplido en el pasado Zamora, Samitier, Tejada, Evaristo, Schuster, Laudrup, pero Figo era tan brillante, tan cumplidor, tan trabajador, tan decisivo a la hora de levantar el orgullo azulgrana, que tenía carnet de catalán y había sido adoptado por un público capaz de convertir en el pasado a Pereda en Perera, y ahora, a Figo en Figa. El resultado de este Barcelona-Madrid de Figo, traidor a un enamoramiento colectivo. En cuanto al causante original de esta trágica secuencia, Florentino Pérez, es tan listo que ha tirado el talón y escondido la mano, según el más puro estilo de mánager posmoderno, de esos que empiezan comprando mitos a los aborígenes periféricos y acaban de presidentes de la República. De qué República es lo de menos". Si en la primera confrontación entre el Barcelona y el Madrid de Figo se saldó 2-0 favorable a los azulgrana, y en el encuentro de vuelta en el "Bernabéu" el tanteo final fue de 2-2, con la anulación de un legítimo gol de Rivaldo a poco de final que habría significado el nuevo triunfo azulgrana, el portugués, en la suma de los dos encuentros, no estuvo a la altura de su categoría. Puyol no le dejó respirar en el primer partido y en el segundo, un poco mejor, tampoco fue el jugador determinante. Ya en la víspera del partido de vuelta, Figo se negó a responder a los enviados especiales de la prensa catalana siempre con la misma respuesta: "Próxima pregunta, por favor". En el diario "La Vanguardia" del 3 de marzo de 2001 se podía leer el siguiente diálogo con el futbolista firmado por Carlos Novo:: _¿El partido es como otro cualquiera en el significado sentimental, si es que para un futbolista profesional esta palabra tiene algún sentido? - Próxima pregunta. -¿Es un descanso que no venga Puyol, el que te marcó en el partido de ida? - Próxima pregunta. - Además de portugués, ¿te sientes ahora madridista también?. - Próxima pregunta. Durante su estancia en el Fútbol Club Barcelona (1995-2000), Luis Figo disputó un total de 249 partidos, amistosos aparte. Estos encuentros se desarrollaron así: 172 de Liga, 26 de Copa de Europa, 26 de Copa de España, 8 de Recopa, 10 de la Copa de la UEFA, 5 de la Supercopa de España y 2 de la Supercopa de Europa. En la suma de estos partidos logró marcar 44 goles: 29 en Liga, 7 en Copa de Europa, 4 en Copa de España, 1 en Recopa y. 3 en Copa de la UEFA. Su palmarés como blaugrana es el siguiente: 2 Ligas (1997-98 y 1998-99), 2 Copas de España (1997 y 1998), 1 Recopa de Europa (1997), 1 Supercopa de España (1996) y 1 Supercopa de Europa (1997).  Ganó el Balón de Oro 2000 que concede la revista France Fotball por la campaña que en realidad correspondía a su última temporada con el F.C. Barcelona, premio en que su nuevo club se volcó con una espectacular fiesta. Casi un año después (17-12-2001), Figo, era declarado el mejor futbolista del mundo por la FIFA en una votación en la que intervinieron 130 seleccionadores. El portugués obtuvo 12 puntos más que Beckham, elegido el segundo. El año anterior, Figo había quedado segundo detrás del francés Zinedine Zidane. Luis Figo está a punto de cumplir su partido número 100 con la Selección portuguesa. Con las selecciones inferiores logró el Campeonato de Europa Sub-16 (1989) y el Campeonato del Mundo "Sub-20" (1991).

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Con los blancos nunca se sintió querido  y  siempre amagaba con marcharse, no jugaba como en el Barça y no llegó jamas a mantener su nivel. Tras pasar por el Madrid, ha fichado por el Inter de Milán pero de nuevo ha aceptado como primer objetivo el dinero y ha fichado por el club arabe de Al-Ittihad, luchará en una liga importante donde estará a gusto pues el dinero correrá a espuertas hacia el.
Comop apodo en el Barça le llamaban Tiburón, desde pequeño le llamaban Pastillas, pero desde que se fue al club blanco su apodo es Judas, sin más.
Ha jugado 127 veces con Portugal marcando 32 goles y acudiendo a los mundiales de 2002 y 2006.
Que mas decir, es que me sale la rabia, solo decir que su mujer es guapisima, y que yo me pregunto si tambien venderia a su mujer a cambio de dinero, y que me parece que es como Telepizza, pues el secreto está en la pasta.
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