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Sándor Kocsis Péter, (nació el 21 de septiembre de 1929 en Budapest, Hungría y falleció el 22 de julio de 1979 en Barcelona, España). Kocsis llegó al Barça en 1958. Jugó 75 partidos y marcó 42 goles. El delantero logró dos Ligas, dos Copas, y una Copa de Ferias. Medía 1,77 metros, pero muy pocos jugadores han logrado rematar de cabeza tan bien como él. Le llamaban "Cabeza de Oro".
Fue un futbolista húngaro de los años 50' y 60' ganador entre otros títulos del oro en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, de cuatro títulos de la NB1, de dos ligas españolas, dos copas del Rey, de la Copa de Ferias 1958-60 y además subcampeón de la Copa Mundial de Fútbol de 1954 en la que además fue el máximo goleador con 11 tantos. |
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gira por Italia, Portugal, España y Brasil y a la vuelta a Europa, algunos de los jugadores volvieron a su país, como József Bozsik, pero otros como Czibor, Kocsis y Puskás encontraron equipo fuera de su país. A pesar de los difíciles momentos por los que pasaban siguieron vinculados al fútbol gracias al Hungría, equipo formado por exiliados. Tras un breve paso por el Young Fellows suizo llegó al Fútbol Club Barcelona donde se reencontró con Czibor y Ladislao Kubala y donde vivió momentos de gloria y momentos de frustración. Entre los momentos de gloria destaca la conquista de la Copa de Ferias de 1960 ante el Birmingham City Football Club, aunque no estuviera presente en dicha final. Conquistó también dos títulos de Liga en 1959 y 1960 y 2 Copas del Generalísimo, la primera en 1959, cuando el Barcelona se impuso en la final al Granada CF por 4 a 1, en un encuentro en el que Kocsis hizo dos goles y la segunda en 1963 cuando el conjunto azulgrana se impuso al Real Zaragoza por 3 a 1, en un encuentro en el que Kocsis hizo también otro gol. Por otra parte hay que destacar como frustrante la derrota de la final de la Copa de Europa de Berna ante el Benfica portugués, en un escenario que le traía malos recuerdos puesto que allí acabó su sueño de conquistar un Mundial cuando perdió en aquella histórica final del 1954 ante la Selección de fútbol de Alemania. En la temporada 1961/62 ofreció su mejor nivel como jugador azulgrana, en la que anotó 17 goles en 20 partidos. Se retiró en 1966, a la edad de 37 años y regentó un bar de copas en Barcelona hasta 1979, año en el que aparentemente se suicidó a la edad de 49 años, al lanzarse al vacío de la séptima planta de un hospital de Barcelona en el que se estaba tratando de cáncer. Ha sido internacional con la Selección de fútbol de Hungría en 68 ocasiones en las que anotó un total de 75 goles. Se dio a conocer a nivel internacional en la Copa Mundial de Fútbol de 1954, celebrada en Suiza, y en la que, como delantero centro de la Selección de fútbol de Hungría, marcó 11 goles y recibió el premio al máximo goleador del Mundial. Sus goles fueron la base de Hungría, que fue finalista del campeonato. Esta selección le daría una lección futbolística a los finalistas de la edición anterior: Brasil y Uruguay. Kocsis fue uno de los componentes de aquella mítica selección húngara de los cincuenta conocida con el sobrenombre de los "Mágicos Magyares". Debutó en la selección nacional el 6 de junio de 1948 en un encuentro de la Copa balcánica disputado en Budapest, en el que Hungría se impuso por 9 a 0 a Rumanía con dos tantos del debutante Kocsis. Posteriormente consiguió la medalla de oro olímpica en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952. Cuando jugó su último partido como internacional (el nº68) el 14 de octubre de 1956 en Viena (Austria) debido a los sucesos políticos que vivía su país, llevaba 75 goles.
LA NOTICIA DEL SUICIDIO DE KOCSIS
22/9/2012 - HOMENAJE El único hijo del desaparecido Kocsis, se siente feliz de ver feliz a tanta gente. Arropado en Budapest estos días por 18 familiares, entre los que no está su madre, Alicia, de 87, ya muy débil, Sandor se pasea orgulloso por Budapest con su esposa Lola, sus hijos Sandor y Alexandra, y sus hermanas Agnés (Inés) y Alicia. «Lajos estaba loco por que que las cenizas de papá regresasen a Budapest. Y yo, que siempre había oído a papá decir que le gustaría volver algún día a Hungría, creí que era el momento de cumplir su sueño. Sé que estará muy orgulloso y, quién sabe, igual diga, de aquella manera tan discreta que tenía de expresarse, algo así como 'qué pillos, lo han conseguido'. Eso me haría muy feliz». Ni que decir tiene que ni Sandor ni sus familiares dudaron en poner en marcha el homenaje, que está convirtiendo Budapest en una auténtica fiesta de felicidad y fútbol. «Aquí no hay nadie, nadie, como Puskas y Kocsis. Son los más grandes. Es más, solo ellos van a estar enterrados en la basílica de San Esteban. Eso da idea de lo que significa para este pueblo la figura de papá». ÍDOLO TOTAL- «Lo adoran, pero no solo por el récord de goles con la selección (75 tantos en 68 partidos), por llevarlos a la gloria futbolística, por ser el único en lograr siete 'hat-tricks' con su selección, o por lo que era y representaba. También porque siempre enarboló su amor por Hungría», explica, desde Budapest, Maldonado, presidente de la Penya Azulgrana de Comarruga, donde posee un auténtico museo sobre Kocsis. «Bueno, es muy íntimo, pero, sí, estamos orgullosos de él y sirve para que no le olvidemos, aunque es difícil hacerlo por su gran generosidad».
PELÍCULA ÍNTIMA - La familia, ayudada por amigos e, incluso, por TV-3, ha preparado una película sobre su ídolo, film que será ofrecido hoy en el acto de homenaje al 'cabeza de oro'. «Sandor era», explica Josep María Fusté desde la capital húngara, «el menos húngaro de los húngaros que vinieron al Barça. Diferente, muy educado, nada presumido, prefería pasar desapercibido». «Yo solo diré que cuando Kocsis se levantaba para rematar de cabeza era como si alguien le mantuviese en el aire pendiente de varios cables», narra Charly Rexach, también en Budapest. «Yo solo he visto a Michael Jordan suspenderse en el aire como Kocsis», añade. «Era una delicia verlo jugar porque, además, todos hablan de su remate de cabeza y muchos olvidan que era uno de los pocos futbolistas capaces de matarte con la derecha o con la izquierda», sentencia 'Luisito' Suárez, también en Budapest.
Puskas y Kocsis juntos en una basílica para admiración de toda Hungría. Los héroes, otra vez en casa. Pies prodigiosos y cabeza mítica. El fútbol vuelve a unirlos. |
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