|
La Liga volvió a ser del Barça tras 77 minutos de alegría contenida, Giovanni desató la euforia con un gol que anunció el inicio de la fiesta,Van Gaal tuvo dudas pero acabó por traer la ilusión al Camp Nou. Cuando faltan 4 jornadas para el final del Cto, el Barça ha cantado el Aliron,con una autoridad, aplastante sobre sus rivales.
18/4/98.-Giovanni y Bogarde se disputaron una pequeña porción de gloria en el salto ante Juanmi y ganó el brasileño. Ahí empezó y terminó todo. Debían ser sobre las 22.05 de la noche. Ahí empezó la verdadera verbena en la grada, la fiesta en el palco y el revuelo en el banquillo tras 77 minutos de abstinencia que ayer de ningún modo podían dar paso a la fatalidad. Empezó el ritual sobre el carretón sanitario que se transformó en una magnífica carroza con los jugadores, que ha durado toda la noche entre los aficionados de Catalunya y los 'resistentes' peñistas del resto del Estado. El Barça ya tenía la Liga en el saco. Ahora queda el ritual y el peregrinaje a Sant Jaume.
Saber sobrevivir.-Empieza un nuevo ciclo justo a las puertas del Centenario. Y se agota una temporada marcada por la convulsión, nada fácil para el club. Termina (a cuatro jornadas del final) una Liga en la que el Barça ha sabido sobrevivir a las tempestades, tanto deportivas como institucionales. El vestuario pidió un tipo duro y llegó Van Gaal para acabar con la clasicista transición de Robson. Llegó para probarse, para demostrarse que también pueder ser un número uno en Europa y, aunque esta Liga le cargará de muchas razones ante las críticas recibidas, no es menos cierto que su tozudez le llevó a invertir un largo tiempo en conocer lo que tenía cerca. No recibió una plantilla a su medida y las vacilaciones frecuentaron al principio. Le ficharon a Rivaldo porque la grada necesitaba un sustituto con la luz de Ronaldo, llegó Dugarry (y se fue), Ciric, Reiziger, Anderson y Hesp. Giovanni, que ayer marcó el gol de la celebración, estuvo con las maletas cerradas. También Stoichkov, que ahora podría estar festejando con todos sus incondicionales, pero prefirió tensar la cuerda y acabar entre Arabia y Bulgaria. Van Gaal acumuló muchas victorias en la Liga pero mantuvo al barcelonismo en una permanente incertidumbre. En la búsqueda de los hombres que mejor se adpataran a su sistema, cambío varias veces el dispositivo defensivo y, delante, acabó convenció de que Rivaldo y Figo necesitaban más libertad. En medio, el descalabro en Europa se precipitó a manos de un irrepetible partido en Newcastle y del doble varapalo del Dinamo de Kiev. El refuerzo de diciembre fue Bogarde. Van Gaal fue revelándose como el auténtico hombre de empresa. Una concepción que ha entendido hasta el punto de salir en defensa de su presidente Núñez en varias ocasiones. Si en los despachos es el último en salir, en el césped fue aplicando una filosofía colectiva que ha acabado por triunfar: la solidez del conjunto está por encima de las estrellas. No importó que medio equipo estuviera lesionado. Ni la ausencia de Ronaldo, ni de Guardiola, De la Peña o Baia. Ni el lento tránsito hacia el fútbol que el Camp Nou demandaba. Fue en enero cuando se dio la ironía de que la mejora del juego coincidió con las remontadas del Salamanca, Real Sociedad y Valencia. La plantilla no se alteró. El club vivió una agitada moción de censura durante la visita del Real Madrid que zanjó las discusiones que agrietaron su masa social. Núñez recibió el respaldo mayoritario del socio, salió adelante y con ello su proyecto y la preparación del Centenario. El Barça volvió a revolcar al Madrid en el campo como lo había hecho en el Bernabéu. Alternando ciertas dosis de excelente juego y sobre todo eficacia y ambición, el Barça afianzó su liderato y no falló en los campos que ponen a prueba a todo un campeón. Bien protegido atrás, cualquiera era apto para hacer volar un partido. Un día Rivaldo, o Giovanni, o Figo, o Luis Enrique, o Aderson, u Óscar. Han sido campeones. Desde el triste Baía a Bogarde, pasando por Pep, hasta llegar a Figo y Van Gaal.-J Mª ARTELLS BARCELONA.El Mundo Deportivo
EL DELIRIO.-Giovanni lo llevaba escrito en la piel, tatuado en su brazo: campeones de Liga. Se elevó al cielo, metió la cabeza, marcó y llegó el delirio. El Barça conquistó ayer su quinta Liga en la década de los noventa, el club que más campeonatos ha ganado en este final de siglo blaugrana. Su Liga número 15 de la historia. La gente del Barça, del mejor club del mundo, salió ayer a la calle para expresar su júbilo. Ha sido el mejor de esta Liga, incontestable. Venciendo cuatro jornadas antes del final. Con la suficiente autoridad para dejar la única emoción del campeonato para los segundos. E l primer año del proyecto Van Gaal ha conseguido el título más deseado y está a punto de hacer un doblete histórico. El técnico del Barça le dedicó a los jugadores el triunfo, pero ayer, otra vez, con un Camp Nou repleto, fue la afición del Barça la gran protagonista. Desde el Estadio, desde Les Rambles, desde todos los rincones de Catalunya y de España, millones de barcelonistas se lanzaron a la calle para celebrar una Liga merecida, justa. Una Liga que se empezó a ganar en Madrid, que se remató en el Camp Nou ante el Madrid y que se culminó ayer con un golazo de Giovanni, el jugador que llevaba escrito en la piel el nombre del campeón. El Barça, ayer, volvió a provocar el delirio. Los campeones, nada más acabar el encuentro, fueron a entregar sus camisetas, a ofrecer el título a la grada más sentimental del barcelonismo. Esta gente sabe con quién ha de compartir la gloria. |
| Copyright© 2/1/98, webdelcule.com