Por último en 1972 ingresa en las filas del Cádiz C.F.
Como técnico del Cádiz:
El gran artífice de la llegada al Cádiz del exseleccionador nacional Domingo Balmanya fue el por entonces presidente cadista José Antonio Gutiérrez Trueba, que gracias a los consejos de Iñiguez Rubio contrató al prestigioso técnico catalán.
Cambió la identidad y las aspiraciones del equipo amarillo
Con Balmanya el Cádiz dio un salto de calidad y en las dos temporadas que estuvo al frente del equipo gaditano varió por completo la imagen y la estructura de la plantilla amarilla. Los que tuvieron la oportunidad de ver el fútbol desplegado por el equipo amarillo, no dudan en afirmar que Don Domingo mereció convertirse en el entrenador del primer ascenso del Cádiz a Primera.
En su primera campaña 1972/73, se producen numerosas bajas, entre ellas Paco (que vuelve al Sevilla), Andrés (que fue traspasado al Madrid) y algunas incorporaciones importantes como Isauro y Viquiera (del Betis). Además Balmanya comienza a cuidar con mimo la cantera y sube a la primera plantilla a un futbolista que marcaría época en la entidad cadista: el extremo Mané. La alineación tipo del Cádiz en la primera temporada de Balmanya fue la siguiente: Bonilla, Puig, Díaz, Migueli, Soriano, Herrero, Larrauri, Arroyo, Isaura, Machicha y Baena, aunque también habría que destacar a Viqueira y Villalba.
El Cádiz realiza una temporada tranquila, sin agobios y de la mitad de la tabla hacia arriba, sin aspiraciones pero sin apuros al término de la temporada.
Una media de auténtico lujo
El bienio Balmanya se caracterizó por el buen juego y por la calidad de los futbolistas que se incorporaron al conjunto cadista. En su segunda temporada (73/74) se marchó Migueli al Barcelona pero el Cádiz incorporó a sus filas a un serie de futbolistas que dieron muchas tardes de gloria al equipo amarillo como Eloy, Carvallo, Ibáñez, Bocoya, Cenitagoya, Tanco..
El Cádiz conformó un completísimo equipo, muy compensado, con gran agresividad en ataque, uno de los mejores centros del campo de la categoría y una defensa muy sólida. El equipo amarillo desplegó un gran fútbol destacando especialmente la victoria conseguida en Sabadell, en la que el equipo formado por Bocoya, Cenitagoya, Díaz, Marín, Soriano, Eloy, Carvallo, Ibáñez, Isidoro, Machicha y Baena. El equipo gaditano realizó una espectacular primera vuelta, en la que se mantuvo en los puestos altos de la tabla pero se falló en la tentativa de ascenso al final. El equipo amarillo dejó para la historia de la entidad un fútbol de alta escuela en el que destacó especialmente la media de lujo formada por: Eloy Matute, Ricardo Ibáñez y Fernando Carvallo, tres maestros del fútbol que estuvieron a las órdenes del sabio Doménech. El Cádiz acabó quinto en la tabla con 46 puntos y ocho positivos, a cinco puntos del Betis, primero, a tres puntos del Hércules, segundo y a dos del Salamanca, tercero.
El trabajo de Balmanya fue sin duda reconocido por una afición que confiaba en la permanencia al frente del equipo del técnico catalán pero en una entrevista con Paco Perea dejó entrever que no permanecería en el equipo amarillo aduciendo argumentos de tipo familiar, a los que hubo que unir razones relacionadas con sus negocios.
Aquí concluyó la etapa de Domingo Balmanya como técnico amarillo, sin duda el anuncio del técnico catalán de no seguir al frente de la entidad cadista supuso para la directiva y la afición un duro revés puesto que Balmanya había conseguido transformar al Cádiz, un equipo que luchaba por la permanencia en un equipo que desplegaba un gran fútbol y que era un serio aspirante a estar entre los más grandes del fútbol español.
El último equipo al que dirigió fue el Saint Andreu, dirigió también la Escuela Nacional de Entrenadores.
En los últimos años, Balmanya fue director de la Escuela Territorial Catalana de Entrenadores de Fútbol, además de comentarista radiofónico.
Falleció el 14 de febrero de 2002, a los 87 años de edad.