2 PARTE DE SU EXCLUSIVA:
¿Cómo era Michels?
Conocía algo de la 'naranja mecánica', pero muy remotamente. Tuve la suerte de tenerlo como entrenador. Era muy estricto, rígido, pero te daba libertad para jugar. Le estaré siempre muy agradecido porque siempre me tuvo en cuenta. Él me llamaba 'Cholo' y se portó muy bien.
¿Quiénes fueron sus primeros amigos?
Mi primer compañero de cuarto era uno de Tenerife, Juanito. Después compartía mucho tiempo durante la concentración con Costas, quien ahora es profesor (técnico) del club. Ambos eran unas bellas personas. Juanito destacaba por su alegría, era muy vivo y alegre. Nos comprendíamos, teníamos cosas en común.
Háblenos de Johan Cruyff, ¿qué representó en su vida?
Cuando llegué a Barcelona no tenía casa y me hospedaron en el Hotel Calderón. Allí estuve viviendo con mis dos hijas menores. Allí le conocí, él sabía de mí por los periódicos. Nunca me llamó Hugo, siempre 'Cholo, Cholo'. Me buscaba siempre. Mi compadre guiaba el equipo, era un líder sin ser catalán, se ganó el respeto de todos y ordenaba dentro y fuera del campo. Nosotros no nos preocupamos por los premios (las primas). Él siempre tenía problemas con la directiva, sacaba la cara por todos nosotros.
¿Pensaba que sería técnico, poseía condiciones de estratega?
Él pensaba ser mánager, no lo imaginé como entrenador. Me sorprendió con su decisión.
¿Recuerda una anécdota con él, algo en especial?
Los dirigentes del Barcelona, como premio por el campeonato de Liga, nos ofrecieron un viaje a las Islas Canarias con toda nuestra familia. Hacía mucho calor y mi esposa no había llevado ropa de baño; la esposa de Cruyff le dijo: "Yo le presto". Imagínese, fue un gran gesto de una señora de Europa.
Uno de sus hijos lleva el nombre Johan, ¿por qué?
En consideración a Johan Cruyff y a Johan Neeskens. Mucha gente piensa que este último me marginó, pero no fue así. Lo que debe saber lagente es que Neeskens estaba en gran momento y el club es una empresa y debía actuar como tal. En aquel momento, sólo podían jugar dos jugadores extranjeros y mis trámites para nacionalizarme se demoraron como un año. Para hacer los trámites debía trasladarme a Madrid y después de nuestro histórico 0-5 al Real allá en la capital no les convenía agilizar mis documentos… Por la amistad con ambos y en honor a ellos mi hijo lleva el nombre de ambos.
¿Se ha reencontrado con Cruyff?
La ultima vez que lo vi fue por el Centenario del club. A los muchachos les preguntaba '¿dónde está el 'Cholo'?, ése que jode siempre'. Lo decía con cariño, conmigo se portaba diferente.
¿Tiene contacto con los actuales dirigentes del club?
El presidente Joan Laporta siempre me envía postales por fechas especiales. Hace poco le escribí para recomendar a mi hijo Hugo, el mayor de los varones. Está trabajando ahora en el fútbol base con José Ramón Alexanko y le estoy muy agradecido por ello.
¿A quién más recuerda de su paso por el Barça?
A varios, en especial al masajista Àngel Mur. Allá en Barcelona todos los días nos pesaban; yo era propenso a engordar y los frijoles eran mi debilidad. Angelito nos pesaba los martes. El caso es que después del descanso de los lunes yo llegaba con casi dos kilos de más. Él era mi cómplice: los jueves hacían la convocatoria y Angelito me hacía el favor de ocultar mi sobrepeso. En la víspera del partido ni comía para intentar llegar a mi peso ideal de 70 kilos.
¿Cuáles fueron sus mejores partidos como azulgrana?
La gente recuerda mucho el 0-5, pero una vez realicé tres goles en una tarde, no recuerdo contra quién. Y contra el Espanyol los partidos eran memorables. Había un jugador de ese club muy rudo, De Felipe. Cruyff me decía 'tú, 'Cholo', juega por su lado' y le respondía '¿por qué no vas tú?, yo tengo que dirigir', me respondía.
¿Cómo recuerda los festejos por el título de Liga de 1973-74?
Nosotros salimos campeones en Gijón faltando tres o cuatro fechas para el final del campeonato. Llegamos al aeropuerto, nos recibieron en plena fiesta, también en el ayuntamiento de la ciudad y después en el estadio. Fue apoteósico... no se imaginan. Otro detalle: jugaba con el '9' y hablé con Asensi y él me dio el '10'; fue un gran gesto y el '9' se lo dieron a mi compadre Cruyff.
¿Un honor para usted jugar con el '10'?
Imagínense, como grandes jugadores que vinieron después, como Maradona. Y cuando regresé al club en mi taquilla, por supuesto remodelada, me decían que se guardaba para los suramericanos. Allí se cambiaban Diego, Romario, Ronaldo y Ronaldinho.
Antes de triunfar en el fútbol de niño usted cargaba sacos con 70 kilos de café...
No me arrepiento de eso, me sirvió para fortalecer mis piernas. Y los fines de semana jugaba hasta cinco partidos y me daban diez soles al día y un plato de comida. Gracias a Dios pude jugar en España. Yo nunca moriré, pero el día que lo haga pido que me pongan y me entierren con la camiseta de mi selección y también con la del Barcelona