
Aunque fue en los años setenta, cuando el fútbol español conoció uno de sus grandes escándalos: el de los llamados "falsos oriundos" (otro día hablare de este caso). Bajo documentaciones falsas, unos cuantos jugadores llegados del otro lado del Atlántico han formalizado suculentos contratos en los clubs españoles e incluso algunos de ellos lograron actuar en la selección española. Pero, rebuscamos un poco la historia, resulta que tambien existieron precedentes lejanos de estos "falsos oriundos". En el año 1916, cuando una entrada valía la entonces la ya friolera cantidad de dos pesetas, los clubs buscaban refuerzos con el fin de contentar a su cada vez mayor masa de seguidores. Y surgió el "Caso" Garchitorena.
El Barcelona había vencido al Español por 3-0 en partido del Campeonato de Cataluña. El equipo perdedor presentó la denuncia de que en las filas azulgranas se había alineado un jugador extranjero, cosa prohibida en la época. El denunciado era Juan Garchitorena. El Español, simple y llanamente, reclamó los puntos. La federación estimó que la decisión pertenecía a la Asamblea de Delegados de Clubs. Efectivamente, se comprobó que Garchitorena era de nacionalidad argentina, aunque nacido en Manila (Filipinas) que se había inscrito en el Barcelona con documentación falsa de español, pero que el club desconocía su origen, tratándose sólo de un joven jugador, amateur cien por cien y que además no era titular indiscutible.
El presidente del Barcelona, Gaspar Roses, apeló a la conciencia de los delegados, extrañándose de la conducta del Español, al que por parte del Barcelona se le habían dado amplias facilidades para inscribir fuera de plazo a dos jugadores. El delegado del "Universitari" propuso que el Barcelona perdiera todos los puntos de los partidos en que se había alineado Garchitorena, entre los que se encontraba el que había perdido su propio equipo. La propuesta fue desestimada por 11 votos contra 7. Al final se tomó el acuerdo de que el Barcelona volviera a jugar los partidos no dados como válidos, pero el club azulgrana rechazó tal acuerdo, razón por la cual perdió el Campeonato, que había ganado con todas las de la ley en el terreno de juego.
Garchitorena no fue un gran jugador de fútbol. Su fama la conseguiría en otro medio muy distinto. Marchó a Hollywood, donde se hizo famoso como artista de cine (con el nombre de Juan Torena), y como galán, destrozando muchos corazones, entre ellos el de Myrna Loy, según afirmaba José Samitier.
Era Garchitorena un jugador singular. A él pertenece esta anécdota, recogida en la historia del C. de F. Barcelona: A los aficionados de aquella época ya les parecía un tanto original la manera de comportarse de Garchitorena. Por ejemplo, en un partido jugado en el viejo campo del Español, tuvo un gol hecho con la cabeza. Pero no remató esa jugada fácil. Luego declararía que no había puesto la cabeza para no ensuciársela, porque el esférico estaba lleno de barro.
Garchitorena fue el primer caso conocido, por lo menos en un club de campanillas, de falsificación de documentos. Y el Español se proclamó campeón de Cataluña gracias a esta circunstancia. Naturalmente, el fútbol no tenía entonces la fuerza arrolladora y polemista de ahora. Samitier, que jugaba en el Internacional, cobró por su fichaje como barcelonista un traje con chaleco y un reloj con esfera luminosa en el que sólo se podía ver la hora cuando era de noche, según explicaba con el gracejo y el humorismo que le acompañaron hasta la hora de su muerte. Las cuotas de socio eran de tres pesetas al mes, y en el mercado negro, cuando había un encuentro de relieve, las localidades se vendían a la exorbitante suma de ¡cinco pesetas!
Tal vez por eso, porque el fútbol aún era un espectáculo de segunda fila, el "caso Garchitorena" no mereció las primeras páginas de los periódicos, como ocurriría medio siglo después... en España.
En el "escándalo Garchitorena" no se llegó tan lejos. Aquel elegante "playboy" era sólo un amateur que gustaba de jugar al fútbol y buscaba un trampolín para la fama. Ciertamente la consiguió, pero también hizo perder un título al Barcelona y nada menos que en favor del Español. Algo que molestó entonces a los 2.000 socios azulgranas y produjo la alegría de los 500 del Español. Aunque en el lejano 1916, recordémoslo, cuando la Primera Guerra Mundial arrasaba Europa y Carlos Gardel comenzaba a apuntar su leyenda, el fútbol tenía otra dimensión.
Juan Garchitorena nació el 24 de marzo 1898 en Manila (Filipinas) y murio 27 de junio de 1983 en Santa Barbara (California)