Dignidad deriva del latín dignitas. En el hombre la dignidad es un derecho fundamental, además de ser un valor inherente a él como ser racional.
La Declaración Universal de Derechos Humanos habla en su preámbulo de la dignidad intrínseca de todos los hombres y mujeres, así como en su artículo 1º afirma que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Antes del cristianismo existían los conceptos de libertad y honor, pero es en el cristianismo donde tiene su origen la idea de dignidad personal, ya que en él se considera al hombre creado a imagen y semejanza de Dios, y al ser libre también es responsable de sus actos. Los conceptos de libertad y responsabilidad están de manera indivisiblemente unidos al concepto de dignidad.
En filosofía la idea de dignidad que había tenido un origen religioso, pasa a ocupar un lugar central en el pensamiento universal.
Puede calificarse de digno, aquel que tiene un comportamiento respetuoso, serio y responsable consigo mismo y con los demás.
El que humilla y degrada a los demás, carece de toda dignidad.
La dignidad en el plano profesional. En el ejercicio de la profesión, cuando ejercemos y actuamos como profesionales debemos tener el grado más alto de exigencia en cuanto a responsabilidad y seriedad en el desarrollo de nuestra actividad, pero a la vez debemos de exigir de los demás una respuesta hacia nosotros, seria, respetuosa y responsable.