Esta es una reflexión personal, que solo expresa lo que lo que pienso sobre lo que está sucediendo estos días.
A lo largo de mi vida he tenido la suerte o la desgracia de ocupar puestos de dirección, he sido empresario, profesor, asesor, sindicalista…y esta experiencia
personal hace que me plantee algunas cuestiones al respecto:
Siempre me he sentido orgulloso de ser un negociador, de tener los hechos, los objetivos, el oído, la palabra y el acuerdo, como las únicas herramientas con las que se puede conseguir avanzar, progresar y llegar a alcanzar los mejores resultados.
Antes de comenzar cualquier empresa, he tenido que hacer un proyecto, obtener credibilidad… montar toda la estructura para que aquella empresa pueda seguir adelante, y por supuesto he tenido que darle forma jurídica, inscribirla en el registro mercantil, Hacienda, Seguridad social, sacar licencias de apertura, actividad… y después, la empresa, mi empresa, ha tenido la personalidad jurídica para emprender “el vuelo”.
Los acuerdos que he conseguido como asesor o como sindicalista, han llegado al final, porque antes se ha hablado, discutido cláusula a clausula, sopesándolas hasta que con la firma del contrato ha terminado sellándose el final de la negociación.
Mi cabeza no llega a comprender, como se puede llegar a declarar la independencia sin tener “los deberes hechos”.
José Antonio Gracia Percebal.
Nota. Yo seguiría siendo del Barça pese a todo, por ser el Barça un pedazo de mi corazón