La campaña 91-92 está escrita con letras de oro en la historia de la entidad, ya que se alcanza un doblete nunca antes conseguido: Liga y Copa de Europa. El título de liga se obtiene con suspense final, ya que en la última jornada se debe producir una carambola: que el Madrid pierda en Tenerife lo que no parecía probable y que el Barcelona gane en casa -factible- ante el Athletic de Bilbao. El conjunto blanco cae sorprendentemente derrotado en la isla tinerfeña por 3-2 tras ir ganando en el descanso 0-2, mientras el cuadro azulgrana vence al Athletic con dos goles del búlgaro. El júbilo desborda el Camp Nou. De ésta manera, el Barcelona pone una extraordinaria rúbrica a una temporada cuyo punto álgido fue pocos días antes, el 20 de mayo de 1992 en el emblemático estadio de Wembley (Londres). En dicha fecha, el Barça disputa la final de la Copa de Europa ante la Sampdoria, a la que se consigue derrotar por 1-0 tras una angustiosa prórroga que se resuelve en el minuto 111 al transformar Koeman un lanzamiento de falta. Por vez primera en la historia de la entidad se conquistaba el cetro continental después de dos intentos fallidos, el primero en el año 1961 en Berna y el segundo en 1986 en Sevilla . Stoichkov es ya un extraordinario ídolo entre la afición barcelonista. Es un hombre de gran carisma y además en dos años en el club, dos ligas y una Copa de Europa. Más, imposible. Su tercera temporada (1992-93) comienza asimismo con excelente pie. La primera competición en juego, la Supercopa de Europa, representa otro triunfo. Se bate al Werder Bremen alemán a doble partido (1-1 y 2-1). En el segundo encuentro de ese trofeo, el Barcelona se adelanta en el marcador gracias a un extraordinario lanzamiento de falta de Hristo Stoichkov, que era, al igual que Koeman, todo un especialista en este tipo de faltas. Una de las grandes ilusiones de la temporada a la vez que un objetivo se centran en la final de la Copa Intercontinental que se celebra en Tokyo ante el Sao Paulo. El Barça cae derrotado 2-1, a pesar de que el búlgaro inaugura el marcador con un potente chut desde fuera del área. Pero los brasileños remontan el marcador gracias a dos goles de su figura Rai. De cualquier manera, el tropiezo no altera el estado anímico del equipo que va a lograr su tercera Liga de forma consecutiva. Como en la anterior, rizando el rizo. Otra vez en la última jornada, madridistas y barcelonistas se juegan el título. Se necesita, de nuevo, que el Real Madrid vuelva a tropezar en la misma piedra (Tenerife) y que el Barcelona se imponga a la Real Sociedad en casa. El equipo de Ramón Mendoza es derrota nuevamente, mientras los azulgrana ganan por 2-0 con un tanto de Stoichkov. Una nueva "Liga de los transistores" cae en el zurrón azulgrana. Y nuevamente el delirio. En el recibimiento oficial en el Palau de la Generalitat, el búlgaro es uno de los grandes protagonistas en el que se permite ya el lujo de bromear con el President Jordi Pujol con un trato casi familiar. La temporada 93-94, la cuarta de Stoichkov en el Barcelona, va a significar el cuarto título liguero. Esta campaña está marcada por la llegada del astro brasileño Romario quien rápidamente congenia con el delantero búlgaro que forman un tándem atacante demoledor, casi imposible de detener. Uno aporta la agresividad y el otro la magia, un cóctel que produce estragos en muchos partidos. El dúo es fundamental e la obtención del cuarto título, aunque de nuevo se tiene que esperar a la ya clásica jornada "de los transitores" para cantar victoria. En esta ocasión, el gran rival es el Deportivo que lo tiene todo a favor: juega en Riazor y de ganar al Valencia se proclama campeón. El Barcelona tiene la obligación de derrotar al Sevilla en el Camp Nou y aguardar un hipotético tropiezo gallego que no parece factible. Pero la tensión y el suspense vuelve a invadir el Estadi. Los minutos se suceden y mientras el Barça va marcando goles el Coruña de Arsenio Iglesias no sabe como romper el sistema defensivo valenciano. El final llega poco antes en el Camp Nou cuando el árbitro señala el final del choque con victoria sobre el once sevillista por 5-2, pero en Riazor aún no ha finalizado el choque. Falta menos de un minuto cuando el colegiado López Nieto decreta penalty contra el equipo valencianista. El gozo en un pozo en el Camp Nou en el que lógicamente penetra un clima de resignación: esta vez no hay milagro. Y López Nieto parece que ha esperado a conocer que el partido de Barcelona ya ha finalizado para señalar la pena máxima. Pero el milagro se repite por tercera vez consecutiva. El defensa serbio Djukic, no puede con la impresionante presión que reina en Riazor, En sus botas está que el Depor conquiste la primera liga de su historia. Chuta y el balón es detenido por el guardameta González, con lo que el Barcelona vuelve a ganar el título, y el cuarto consecutivo del búlgaro. El delirio, la euforia, desborda de nuevo los graderíos del Camp Nou. La corona liguera se celebra por todo lo alto, olvidando que cuatro días después el equipo debe disputar una nueva final de la Copa de Europa, a la que se ha llegado tras una trayectoria espectacular. El partido tiene lugar en el Estadio Olímpico de Atenas y enfrente el poderosísimo Milan. El técnico italiano, Fabio Capello, había estado casi tres semanas preparando el encuentro. La diferencia de preparación queda patente en el enfrentamiento. Los italianos ganan 4-0. Es el fin del Dream Team